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El nacimiento de Virgin Atlantic.

Virgin Atlantic, a día de hoy se debate entre la vida y la muerte. Recién anunció que cerrarían su operativa desde Gatwick y despedirían a mas de 3.000 empleados. ¿Cómo nació esta emblemática compañía?

Virgin Atlantic se encuentra hoy al borde de su desaparición si una inversión por parte de sus propietarios no llega a buen puerto. Es bien conocida por su fundador, Richard Branson, un hombre de negocios con un gancho mediático enorme, permitiendo así que su marca “Virgin” fuera bien conocida en todo el mundo, relacionando una marca de éxito a un hombre de éxito.

Suena un poco irónico que Virgin deje Gatwick, el aeropuerto que vio despegar su primer vuelo comercial el 22 de junio de 1.984 hacia Newark. En aquel vuelo inaugural, el B747-200 con matrícula G-VIRG, “The Maiden Voyager”, despegaba con Richard Branson, medios de comunicación y otros famosos. Aquel avión llevaba una pantalla en la que los pasajeros podían ver el despegue. En la imagen podían ver a los pilotos y el mecánico de vuelo hablando entre ellos mientras el avión aceleraba por la pista. Tan pronto el avión elevó el morro cuando los pilotos se volvieron hacia la cámara y la gente se dio cuenta que se trataba de dos famosos jugadores de Cricket y, el mecánico, el mismo Richard Branson. Habían grabado el vídeo el día anterior en un simulador de vuelo. En el primer año de operación, la aerolínea sería rentable.

Los comienzos nunca fueron fáciles.

El primer contacto que tuvo Richard Branson con la aviación tuvo lugar durante unas vacaciones con su familia. Aquel día, Richard y su mujer Joan se dirigían a Puerto Rico después de pasar las vacaciones en las Islas Vírgenes para hacer conexión con otro vuelo. Sin embargo, cuando llegaron, su vuelo había sido cancelado. Después de ver otros pasajeros varados con el mismo problema, Richard Branson llamó por teléfono a una compañía chárter. El vuelo a Puerto Rico costaría $2.000. No tardó mucho en utilizar una pizarra prestada y poner “Virgin Airways, $39 single flight to Puerto Rico”. Tras recorrer el aeropuerto, pudo vender rápidamente todos los billetes. 6 años más tarde, Virgin Atlantic vería su primer vuelo. Sin embargo, no lo tuvo nada fácil.

Randolph Fields, un abogado norteamericano, había fundado British Atlantic Airways con un expiloto de Laker Airways. En 1.983, el grupo Virgin estaba buscando diversificar su negocio y Fields se acercó a Branson como potencial inversor para su aerolínea. Tras un año, en febrero de 1.983, Virgin y Fields eran socios al 50% de Virgin Atlantic Airways. No obstante, los bancos exigieron que Virgin controlara la mayoría de las acciones y Fields reduciría su participación en un 25%. Porcentaje que sería asumido por Virgin.

Richard Branson.

British Caledonian, presentó objeciones a la solicitud de licencia de Virgin Atlantic y la CAA (Civil Aviation Authority) y pronto Fields se encontraba en una audición luchando para sacar un proyecto aún en papel del que surgían cuestiones sobre procedimientos de emergencia, mantenimiento y financiación. Fue Richard Branson el que tuvo que presentarse para demostrar ante la CAA la capacidad financiera de la aerolínea. La CAA se mostraba escéptica sobre la capacidad de gestión de Fields e impuso £3 millones de capital circulante. A Virgin le intentarían poner varias zancadillas en lo que se conocería como la “Dirty Tricks Campaign” orquestada por British Airways.

El accidentado vuelo de prueba.

Después de arduas conversaciones con Boeing, habían logrado un leasing por un año de un B747-200. El avión, procedente de Aerolíneas Argentinas, debía realizar un vuelo no comercial con un inspector de la CAA para recibir la tan ansiada Licencia de operador.

En el vuelo, irían los nuevos auxiliares de vuelo, un centenar de personas de Virgin y, Richard Branson sentado en la última fila con el inspector de la CAA. El vuelo discurría con normalidad y el ambiente era muy festivo… hasta que un fuerte “bang” salió de uno de los motores unido a un destello naranja, dejando una estela de humo negro. El avión había ingerido una bandada de pájaros. En medio de un profundo silencio, el inspector de la CAA puso su mano encima del hombro de Branson y le dijo: “No te preocupes Richard, estas cosas pasan”. Tres días después sería el vuelo inaugural y aún no tenían licencia. Roy Gardner, ingeniero jefe de Virgin puso un nuevo motor en tiempo récord y estuvo listo al día siguiente. Sin embargo, el coste para Virgin fue de £600.000, porque el seguro sólo cubría sin el pertinente certificado de operador.

Virgin hoy.

Virgin, como todas a las aerolíneas de pasajeros es víctima de la situación y se enfrenta a una situación que, de nuevo, le pone en una situación difícil. Se marchará de Gatwick, cuyas operaciones se verán muy afectadas ya que, entre British Airways, Norwegian, Thomas Cook y Virgin representaban una cuota de mercado de casi un 33%. Al menos Wizzair incrementará su presencia en el aeropuerto.

Al mismo tiempo, Virgin Atlantic dejará de operar los 7 B747-400 que le quedaban, avión que creció con la compañía tras renovar los 747 clásicos. Además, dejará en tierra cuatro A330 antes de 2.022. Virgin opera una flota mixta de 42 aeronaves, entre A330, A350, B747 y B787. Entre sus 33 destinos, opera principalmente a destinos en Caribe, Estados Unidos y Asia.

Fuente: www.airfleets.es.

Quizá Virgin pueda superar su destino y pueda salir adelante gracias a la reinversión de sus propietarios. Entre la pérdida de Virgin Australia, la absorción de Virgin América por parte de Alaska Airlines, es la única aerolínea Virgin que queda en los cielos.

Visita al museo de South African Airways en Johannesburgo.

Visita al museo de South African Airways en Johannesburgo.

Hace unas semanas, entre todo lo interesante que uno puede visitar en Sudáfrica, tuve la oportunidad que un aerotrastornado no puede dejar pasar: visitar el museo de South African Airways.

En 2.004, entre los artículos que un aficionado a la aviación puede leer, leí uno del que todavía me acuerdo: Un 747 aterrizó en un aeródromo con una pista estrecha y muy corta para un avión así. ¡Se convertiría entonces en una pieza de museo! Dicho evento se repetiría de nuevo en 2.006 con otro 747SP de SAA.

Este museo cuenta con aviones en estado de vuelo como un DC3 y un Ju52 recién restaurado, y que actualmente se encuentra a la espera de su certificado de aeronavegabilidad. Además, dispone de una exposición estática de aviones, que aun con mucho trabajo que hacer, reúne unos ejemplares envidiados por muchos museos aeronáuticos.

Junkers Ju 52/CASA 352L; ZS-AFA. (foto: Stephen Rossouw)

A unos 35 minutos en coche desde el centro de “Joburg” se encuentra el aeródromo de Rand, construido en los años 20 del siglo pasado, fue el aeropuerto principal hasta los años 50 cuyo relevo tuvo el Aeropuerto Internacional de Jan Smuts (JNB), el que es hoy el mayor aeropuerto del país.

El día que estuve pude ver gran actividad. Desde pequeños monomotores de pistón, pasando por aviones acrobáticos (Los Flying Lions), escuelas de vuelo o centros de mantenimiento. En sus extremos pude ver aviones abandonados que en otra época fueron la punta de lanza de las mayores compañías del mundo cómo el épico DC3 o el transoceánico DC4. En este caso aviones retirados de la compañía Phoebus Apollo Aviation.

A mi llegada al museo pude divisar los estabilizadores verticales de sus joyas más llamativas, la de los dos Boeing 747, uno de ellos un SP. Al atravesar el aparcamiento, entré en el edificio principal para comprar el ticket de entrada tan solo 40 RANDS (2,5€).

Entrada al museo y tienda.

No hice más que entrar y pude comprobar una de las maravillas del museo: sus colaboradores.  Una señora mayor, de unos setenta y muchos años, pero con una vitalidad de 30, me recibió en un mostrador lleno de fotografías y recuerdos de lo que fue South African Airways. Ella, igual que las personas que allí trabajaban daban muestras de su disposición a dar a conocer y hablar sobre la cantidad de recuerdos que allí almacenan.

Algunos de los recuerdos del museo.

Cantidad de fotos, recortes de periódicos, maquetas, libros de registro antiguos, publicidad y horarios de sus vuelos, uniformes, instrumentos de vuelo, etcétera te llevaba a través del tiempo desde que South African Airways comenzó a operar en febrero de 1.934 hasta hoy en día.

Uniformes y maquetas.

Había dos recuerdos que me llamaron la atención entre todos ellos. Entre los recuerdos de la compañía tenían una maqueta, y explicaciones de cómo trajeron 3 Ju52 (CASA 352L) de fabricación española. Estos tres aviones se convertirían en octubre de 1.934 en los primeros servicios regulares de pasajeros de SAA. El segundo recuerdo, triste por otra parte, es la conservación de una de las piezas de un B747 accidentado en el océano Índico en 1.987 que segó la vida de 159 personas.

Cuando sales del edificio y cruzas el aparcamiento de nuevo, tienes la sensación de que todavía queda mucho por ver. La exposición estática exterior se encuentra en una esplanada adyacente con varios aviones históricos emplazados ahí.

A través de la garita por la que se accede, hay unos chicos, muy entusiastas que se ofrecen muy amablemente a guiarte a través del museo. Es fácil hablar con ellos y enseguida compruebas que son entrañables.

Hay dos piezas que que llaman la atención: Los dos Boeing 747. El “Lebombo” un serie 200 y un SP. Ambos llegaron al museo volando. Aterrizaron de donde ya nunca podrían despegar. Primero porque la pista no lo permite de lo pequeña que es, y porque sería el lugar de reposo para estos dos monumentos. El interior del serie 200 se puede visitar, y está muy bien conservado en el mismo estado que cuando fue retirado. Como curiosidad, y que me llamó la atención, es que, si os dirigís al final de la cabina de pasajeros, hasta pasada la última fila de asientos, los conservadores han dejado descubierto un mamparo donde van alojadas las famosas “cajas negras”.

Cajas negras al descubierto.

Entre la cantidad de detalles que uno puede ir observando, es un soporte que los Boeing 747 tenían montado debajo del semiala izquierda, entre el motor número dos y el fuselaje. Dicho soporte, servía para poder trasladar motores de repuesto allá donde hiciera falta. Debido a su tamaño, no existía avión suficientemente grande para poder transportarlo en su interior.

Motor de repuesto entre el fuselaje y el motor número 2.

Durante la visita existen muchas joyas dignas de ser mencionadas como dos simuladores de vuelo de un A300-B4, el de un B747 classic, Parte de un B707 con su cabina pasaje muy bien restaurada. Da una sensación de ofrecer a las personas cómo eran de verdad estos aviones. Las cabinas de pilotos se encuentran en un gran estado de conservación. Hecho que se repetía en el DC4, B707 ó Constellation. Sí. ¡Un Constellation!

Un avión, que supuso un cambio en los vuelos transoceánicos fue el Constellation. El Lockheed L1649A contaba con cuatro motores de pistón radiales. Sin embargo, normalmente terminaba sus vuelos con uno inoperativo. De ahí su sobrenombre: “El mejor trimotor del mundo”. Si bien su estado exterior está siendo restaurado actualmente, el interior está bastante bien conservado.

Al verlo, no pude evitar preguntar a su restaurador que se encontraba en ese momento trabajando en él. Tras una breve conversación, me invitó junto a Daniel, mi guía, entrar a visitarlo. Es de agradecer su detalle pues todavía no es visitable.

En un pequeño hangar, en frente del Constellation tienen también, y muy bien conservados dos aviones, el De Havilland 104 Dove, y un Lodestar de 1.947 y 1.940 respectivamente. Estos dos aparatos cuentan con la particularidad de conservar los colores azules y grises de la época, y del clásico “Springbok”. Enseña que se convertiría en estandarte de la aerolínea y del país.

El Dove con mis nuevos amigos. Daniel en la derecha de la fotografía.

Entre avión y avión, podía intercambiar historias con sus amables y encantadores colaboradores. Daniel, al que tengo que agradecer su compañía y entusiasmo en todo momento, me presentó a numerosos aficionados que, como yo, disfrutamos de un día en un museo lleno de historia y curiosidades aeronáuticas.