Cuando todo está perdido, siempre queda… el pataleo.

Un trabajador anónimo del sector aeronáutico nos hace llegar esta carta de frustración.

Cuando la gente se entera que trabajas en aviación dan por hecho grandes salarios, trabajos fascinantes, compañeros muy apasionados y frikis de su trabajo… Nada más lejos de la realidad. Nuestros salarios han ido descendiendo en picado, hasta puntos que apenas se cobra por la responsabilidad que supone hacer el trabajo que hacemos, y ser un freaky, o estar en este mundo aeronáutico de forma vocacional, que se decía antes, está mal visto.

Además, se da por hecho que uno sabe de todo… y no es raro que a un piloto le hagan preguntas que solo un ingeniero podría responder, o que un ingeniero reciba preguntas que debería responder un controlador aéreo.

Todo esto no es más que un reflejo de que nuestro mundo es totalmente desconocido para los que no están en él. Es un mundo aparte, unos me han dicho que para niños pijos, otros que exclusivo, y otros que para gente que les gusta tirar bombas desde el aire. En fin, sin comentarios. Lo dicho, desconocido.

Y no será porque no haya habido blogueros intentando dar a conocer el mundo, o no haya revistas especializadas…

Supongo que porque ni protestando hacemos ruido. No sacamos aviones a cortar las calles, ni quemamos neumáticos (y mira que uno de avión ardiendo sería bien llamativo), ni recurrimos a otras tantas imágenes que son más bien propias del matonismo… pero que, a la luz de los resultados, son las adecuadas para que a uno le hagan caso, salir en la prensa, y recibir algo de atención, y con suerte, el compromiso de algún político de turno para salvar la fábrica.

Pero en España a largo plazo no se piensa en los aviones más que para traer turistas. Los beneficios de la industria son a muy largo plazo. Y la industria lleva abandonada desde hace más de una década, cuando no eran raros los titulares acerca de las capacidades de España en fabricación en fibra de carbono, en la que aún somos referente, aunque tal vez por poco. Parece que los políticos, que solo están en el cargo en el peor de los casos 4 años, buscan sectores en los que puedan meter el cazo con más rapidez. Obviamente del turismo pueden sacar tajada todos. O de los ladrillos… no hace falta estar 15 años en el cargo para poder sacar tajada, como pasaría con la industria.

Y mientras observamos ojipláticos el compromiso francés de invertir 15 mil millones de euros en su industria aeronáutica, leemos cómo en Madrid se apuesta por el ladrillazo una vez más.

Durante años ha habido una necesidad brutal de formación de pilotos, y España podría haber sido la gran escuela de formación de pilotos, gracias a su meteorología privilegiada y a que su gran variedad orográfica permite una formación completa en todo tipo de situaciones. Sin embargo, sus administraciones parecen más preocupadas de lograr una tasa de accidentes cero, dejando a todo el mundo en tierra, que en aprovecharlo para generar empleo. No solo de formación se puede vivir, la aviación general y deportiva también permite generar trabajo y riqueza. Sin embargo, nuestra densidad de aeródromos es más similar a la de cualquier país del tercer mundo que a la de uno del primero. ¿Industria? Referentes en diseño y fabricación de materiales compuestos. El MRTT, comercializado ahora por Alemania y Francia no era más que un diseño español por el que nadie daba dos duros. EL C295… ambos han mantenido rentables a la división de defensa de Airbus, donde se cumple la ley de Pareto y el 80% de los ingresos provenían del 20%… en concreto de los proyectos españoles. Y no solo eso, la antigua CASA es de las pocas divisiones que conservan DOA para avión completo, si no la pierden en breve, ¡imaginad si interesaría mimarla! ¡Imaginad si no interesaría apostar por un biturbohélice que reemplace los vetustos 295/235/ATR!

Sin embargo, la ceguera institucional con la aeronáutica es amplia. NO solo afecta a la industria de las aerolíneas o la formación. Tampoco se pueden plantear aerolíneas con hidroaviones para hacer vuelos entre islas, ni existe posibilidad de fundar empresas de aviación ultraligera, que podría ser un interesante nicho de mercado, debido a la falta de comunalidad de normas para su certificación con el resto de países europeos.

Eres ingeniero/a, no pasa nada, encontrarás trabajo rápido, oímos decir estos días. Lo que la gente no es consciente es que cada vez que hay una crisis lo normal es que los esfuerzos se dediquen a la reconversión de los empleos no especializados. La industria automovilística andaluza se convirtió en aeronáutica. Cuando eres ingeniero y dices que estás en el paro y quieres ayuda para convertirte en otra cosa te dicen «uy, lo siento, no tenemos nada para tí, pregunta en tu colegio, tienes ya demasiada formación…». Y precisamente por cómo funcionan los colegios profesionales, es difícil reciclarse en otra cosa. Porque aunque Airbus está lleno de ingenieros industriales (sí, esa Airbus que se quejaba de que Indra no podría liderar un proyecto aeronáutico porque no sabía de aviones es la misma que tiene en sus filas más industriales que aeronáuticos), y el colegio de ingenieros no ha hecho nada para evitarlo alegando intrusismo profesional, cuando intentamos entrar en cualquier otro sector industrial para saber lo que hacemos siempre obtenemos la misma respuesta: no, solo buscamos industriales, no podemos contratar aeronáuticos porque sería intrusismo industrial.

Sigamos disfrutando, mientras tanto, de que se compren aviones para traer turismo de playa y borrachera, mientras nuestros vecinos se quedan con la industria.

Atropellos continuos a la aviación general española.

Las asociaciones de aviación general en pie de guerra por los continuos atropellos que sufre la aviación general española. La deficiente calidad del servicio, la ignorancia demostrada y su mala actitud está provocando un malestar profundo en el sector. La gestión del COVID ha sido otra gota más al vaso ya colmado.

Dicen que cuando baja la marea se ve quién lleva bañador. O dicho de otra manera, es en las situaciones complicadas cuando las auténticas personalidades y formas de pensar quedan más en evidencia.

Poco a poco vamos avanzando en España en las fases de “desescalada” tras un largo confinamiento, y ha sido precisamente en este Estado de Alarma cuando, ha quedado más en evidencia que nunca, lo que una parte importante de la Administración Pública piensa de la base de la aviación española: la aviación general y privada.

Para muestra, un botón…o varios.

En las primeras semanas del confinamiento, AESA ni se acordó de este tipo de aviación al emitir exenciones a las licencias que prorrogasen los plazos de vencimiento. Sí que lo hicieron con todo lo relacionado con la aviación comercial de transporte, pero no respecto a todo el resto de aviación. Ante la sorpresa e indignación de las asociaciones nacionales, que actuaron todas a una firmando cartas conjuntas, AESA respondió que las exenciones en el resto de sectores, ni estaban ni se las esperaba.

¿Cómo era posible que un tipo de aviación que exige mucho más entrenamiento, recurrencia y responsabilidad, como la aviación de transporte, pudiera tener exenciones pero no la aviación general y privada?

Sólo tras mucho insistir, reuniones, cartas encendidas e indignación, acabaron emitiendo exenciones para la aviación de tipo EASA, olvidándose completamente de aquella que depende de la normativa nacional, como la aviación ULM, que de nuevo quedaba fuera.

Vuelta a empezar, cartas, indignación en el sector e indiferencia. Finalmente, hace pocos días, se emiten exenciones para la aviación ULM, demostrando una vez más que nuestro sector es siempre “el último mono”, una china en el zapato de AESA, o su convidado de piedra.

Pues bien, lejos de acabar ahí las evidencias de desprecio hacia nuestra aviación, en las fases de desescalada se están produciendo atropellos, interpretaciones interesadas, y en algunos casos incluso burdas manipulaciones de las normas redactadas tanto en el Plan de Transición a la Nueva Normalidad, como en las órdenes del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Transportes.

Según la provincia en la que estés te encuentras con que los representantes de la autoridad locales hacen interpretaciones completamente contrarias a la misma norma, y lo que es peor, se cierran en banda, no escuchan y no aceptan realizar consultas a instancias superiores ante las demandas del sector que ve, una vez más, cómo se le atropella.

Sin ir más lejos, el 1 de Junio Madrid entró en Fase I, y según la Orden TMA/400/2020 de 9 de mayo, en su artículo 7, se establece que:

“La navegación de recreo puede realizarse atendiendo a su consideración como turismo activo y de naturaleza por grupos limitados (actividades culturales y de ocio). Se permitirá la navegación a las personas que tengan su domicilio en la misma provincia, isla o ciudad autónoma en que esté amarrada la embarcación o estacionada la aeronave, no pudiendo encontrarse a bordo un número de personas que supere el 50% de las personas autorizadas en los certificados de la embarcación o aeronave, salvo que se trate de personas que conviven en el mismo domicilio en que se podrá alcanzar el 100%. En todo caso, el número de personas a bordo de la embarcación no podrá exceder de diez.”

Es decir, se considera la navegación y la aviación turismo activo y de naturaleza (terminología del Plan de Transición) y por lo tanto en virtud de eso se permiten los vuelos privados con una serie de restricciones en las plazas.

Pues bien, como ejemplo, hoy mismo usuarios del Aeródromo de Cuatro Vientos han intentado realizar este tipo de vuelos y se han encontrado con la oposición frontal de los agentes de la Guardia Civil allí destinados. El suboficial responsable les ha informado que “sólo están permitido los vuelos turísticos o aviones de alquiler. Nos han dicho que no se pueden hacer vuelos de ocio, y que si voláis os pidamos todos los papeles posibles”.

En resumen: haced lo que os dé la gana, pero si se os ocurre volar os haremos la vida imposible con las inspecciones porque nos han dicho que no vuele nadie.

¿Cómo puede alguien interpretar que una norma que prevé que el 100% de los ocupantes sean convivientes se esté refiriendo a “aviación turística”? Es más ¿cómo alguien que trabaja en el entorno aeronáutico puede pensar siquiera que existe la “aviación turística”?

Vuelo sin motor el día 31 de mayo. España vacía. Otra víctima de la gestión aeronáutica española. SENASA en su lamentable gestión de Ocaña cerró la escuela y puso sus aviones en subasta. (flightradar24).

Esta misma situación se ha ido repitiendo en toda la geografía española, con distintas formas, versiones, interlocutores, pero siempre el mismo desprecio, y sólo tras muchas conversaciones e insistencia se ha podido demostrar que “estaban en un error” (por no utilizar palabras más duras).

La semana pasada, hubo una reunión entre responsables de las asociaciones principales de aviación general (RACE, AEPAL, AOPA y AEFA) de este país y la unidad Pegaso de la Guardia Civil, con la finalidad de exigir coordinación provincial, ya que cada unidad Pegaso de cada provincia estaba realizando interpretaciones diferentes. Se aseguró que a partir de ese día, todas las comandancias estarían coordinadas y sabrían que en Fase I se puede volar en las condiciones de ocupación establecidas en la orden antes mencionadas.

Está claro que, a la primera de cambio, queda constatado que la descoordinación sigue siendo absoluta y que no hay el más mínimo interés por coordinarse.

Estas asociaciones se están mostrando muy activas en estas últimas semanas, al constatarse todos estos atropellos, y es gracias a su presión que algunos avances se están consiguiendo.

Nuestro sector es un sector base para el resto de la aviación española, crea empleo, forma nuevos pilotos, tecnología, formación, industria y, en definitiva, actividad económica. Esa actividad económica que necesitamos desesperadamente poner en marcha lo antes posible, priorizando siempre la salud.

¿Cómo es posible que se permita la apertura de terrazas, comercios, actividad de transporte público y privado, navegación de recreo, y en definitiva, muchas otras actividades con más potencial de contagio que la que realiza un solo usuario, en su avión privado, realizando entrenamientos para poder mantener su pericia de vuelo?

Es más, ¿cómo es posible que, después de tres semanas con zonas de España volando con sus inicios de Fase I, cuando le toque el turno al primer aeródromo de la historia de España para retomar el vuelo, el aeródromo de Cuatro Vientos (fundado precisamente por el Real Aeroclub de España RACE), la ineptitud, negligencia, desidia o desinterés más absoluto de sus responsables lo impida, cuando no sólo es legal, sino que necesario?

Quizá AENA, tenga mucho que decir al respecto porque en otros aeropuertos sí se ha podido operar de acuerdo al BOE y en Cuatro Vientos no. ¿Porqué? El director del aeropuerto hace su propio “a mí, me gusta así” impidiendo además, las tomas y despegues. Mezclando el concepto de entrenamiento y vuelos de escuela. Demostrando su gran desconocimiento hacia el vuelo. En su gran desinterés por la aviación a la que debe dar servicio ha demostrado a lo largo del tiempo que lleva que está más preocupado en su puesto que en hacer lo que en realidad debe hacer. Tiene tendencia a prohibir antes que a facilitar, desoye las demandas de las escuelas y empresas de Cuatro Vientos, podríamos decir que es la personificación de la intencionalidad de AENA hacia sus clientes. Se olvidan que son un servicio público.

Imagen de Felipe álvarez.

Lo de AENA no es nuevo. Desde hace ya varios años hace oídos sordos a la aviación general. Incluimos a la aviación ejecutiva en este sector… En palabras del que era hace años el subdirector del aeropuerto de Barcelona: “si por mí fuera, no dejaría a la aviación general aterrizar en el Prat”. Se refería a la ejecutiva. Esa misma que en el World Mobile Congress genera tantos ingresos en el aeropuerto y en la propia ciudad de Barcelona.

La misma AENA lleva aislando los aeropuertos, esos que a los contribuyentes nos ha costado tanto construir, de la aviación general. En algunos no te permiten aterrizar. Otros te exigen contratar handling. Handling innecesario y de precio desorbitado, por supuesto. Y no hablemos de las tasas… Estas están tabuladas por el peso de la aeronave. En el caso de la aviación general, se pagan como si una aeronave de 1.500 kg pesase 8.000 kg. Todo pensado para «favorecer» a la aviación general.

Se puede aterrizar en Los Angeles (LAX), se puede aterrizar visual en Amsterdam, se puede cruzar en visual el CTR de Frankfurt Main, se puede hacer tomas y despegues en Fort Lauderdale, pero en España todo son pegas, prohibiciones y malas actitudes.

La madurez de un estado de derecho se mide en esta situaciones, y queda en evidencia que nos queda un largo camino por recorrer en la aviación para haber completado una auténtica transición democrática, en la que se escuche las necesidades del sector, no se le ignore y la máxima no sea prohibir todo aquello que sea posible.

Hasta que esa madurez llegue, algunos seguiremos exigiendo que dejen de pisotear los derechos de la base de la aviación, toda aquella que no es de transporte, y dejen de ignorar, o aplicar siempre de la forma más restrictiva posible todas las directrices europeas en esta materia.